No Soy un Robot ¡La Inquietante Historia de un Obrero y su Creación!

Porque no soy un robot. ¿Qué harías si tu jefe te robara tu mayor invento y luego intentase eliminarte para quedarse no con el crédito, sino, con el invento propio? Esta es la escalofriante historia de un trabajador que, tras ser traicionado y asesinado, regresa en una forma inesperada para reclamar justicia.

A veces, el verdadero terror no se encuentra en lo sobrenatural, sino en las injusticias de la vida cotidiana. Esta historia no solo te hará reflexionar sobre el valor de la justicia y la perseverancia, sino que también te llevará al borde de tu asiento con cada giro inesperado.

🛑 No sigas leyendo si no estás listo para enfrentar la verdad detrás del poder y la ambición. Pero si eres valiente continua y déjate llevar por este viaje de venganza, justicia y redención.

El Sueño de un Humilde Obrero ¡Claro! ¡Robots en Fábricas!

Pero nunca imaginé que mi habilidad con los circuitos y el software me llevaría a una situación tan extraña y oscura.

Soy un simple obrero en una fábrica en Chihuahua, ya sabes ahi en Juárez, fuimos de los primeros en llegar a el boulevard Independencia, ya sabes, antes de cuatro siglos, en la frontera, donde el trabajo es duro y las horas interminables. Pero un día, se me ocurrió una idea que cambiaría mi vida para siempre.

Trabajaba jornadas agotadoras en la línea de montaje. Un trabajo monótono, lo mismo todo el tiempo, minuto a minuto, hora tras hora, todo igual, sin cambios en mucho tiempo, además de que el sueldo apenas me alcanzaba para mantener a mi familia.

Quería crear algo que pudiera hacer mi trabajo, para así recibir el pago sin tener que sacrificar mi salud.

Pasé muchas noches en vela, ajustando cada tornillo y escribiendo cada línea de código, solo pensaba en construir un robot. Finalmente, lo logré. Mi creación, un robot idéntico, ¡A mí! En movimientos y habilidades, bueno, no tanto, ¡Hacia el trabajo! pero ya estaba listo.

Y otra mala idea ¡Super Mala Idea! Pero, malamente decidí presentárselo al dueño de la fábrica, Don Genaro, con la esperanza de que aceptara mi propuesta, que era, que, el robot trabajaría, yo me encargaria de su mantenimiento y tenerlo trabajando bien, y yo, recibiría el pago. Pero la avaricia de Don Genaro no tenía límites.

La Traición ¡Construir un Robot No es Suficiente!

Lleno de esperanza y con mucha alegría, llevé mi robot a la oficina de Don Genaro. Lo eche a andar, y con el robot trabajando en perfecto orden, le expliqué mi plan, esperando que viera el ingenio y la dedicación detrás de mi creación. Pero su mirada codiciosa me hizo sentir un escalofrío.

Con Gritos y manotazos, me corrió de su oficina, intenté razonar con él, explicándole que yo había invertido mi tiempo y esfuerzo, y que solo quería un poco de justicia. Pero no escuchó. Me mandó a seguir trabajando en mi estación.

Ese día me fui con mi robot a mi casa más tarde, un poco decepcionado pero muy enojado, asi que me desahogué trabajando duro en mi robot, descargando mi furia y todo mi conocimiento en su código, llorando y programando todo lo que pudiera ser posible hacer con él.

Todo lo hacía pensando en que, si Don Genaro no quería aceptarlo, pudiera ser que muchos otros si, así que me puse a seguir trabajando en mi robot, terminarlo y perfeccionarlo lo más que se pudiera.

Pase unos días más trabajando en él, solo pensando en robots en fábricas, por las noches solo soñaba en construir un robot que fuera perfecto. Un dia, al llegar a trabajar a la fábrica como de costumbre, el supervisor me dijo que Don Genaro me quería ver en su oficina, así que acudí rápidamente.

La puerta de su oficina estaba abierta, me vio y me indico que pasara, muy amable me invitó a sentarme, se disculpó por la manera en que me trato la ultima ves y me comentó que la intención de esta plática era para que le pusiera precio al robot, que me lo quería comprar.

Y una vez más, con gritos, golpes y patadas en los muebles, y las peores humillaciones, me corrió, no solo de su oficina, si no de la fábrica, diciendo que no me queria ver mas por aqui, y que me iba a arrepentir, y que ni pensara en pedir una liquidación ni nada, porque me hundiría en lo más profundo que encontrara.

Discutí con él, yo estaba furioso y enojado, pero, lleno de rabia por como se había comportado y no poder hacer nada, con tanta impotencia, solo me retire y corrí directo a mi casa, solo pensaba en terminar mi robot, solo faltaban algunos detalles para terminar la programación.

El Crimen y el Renacimiento ¡Robots en Fábricas!

Esa misma noche, ya en la madrugada, aunque estaba muy cansado, todavía seguía trabajando en el robot, lo tenia conectado a la corriente eléctrica para cargar su batería, pero de repente se escucharon una veces afuera de la casa.

De repente se escuchó un estruendo en la puerta de la entrada y entraron unos hombres encapuchados disparando sus armas, mi robot me agarro tratando de protegerme y me volteo, pero nos enredamos en los cables, fue tan rápido que solo sentí varios disparos y también como una corriente eléctrica quemaba todo mi cuerpo.

Desperté súbitamente en un lugar que no reconocía, muy obscuro, una bodega o almacén, pero lo raro es que no sentía dolor. De hecho, no sentía nada. Miré a mi alrededor para ver si podía encontrar una salida o algo que me dijera donde estaba, llegue a un apagador de la luz y la encendí y me vi reflejado en un cristal de una puerta.

La furia y la tristeza me embargaron. Había sido traicionado, robado y asesinado. Pero ahora tenía una segunda oportunidad. No sabia cuanto tiempo había pasado, se me dificultaba caminar y moverme, pero aun así, salí del almacén, me di cuenta que era mi fábrica, no había nadie, lo que me ayudo, pero solo quería vengarme de Don Genaro.

Llegue a mi casa, estaba en ruinas, arregle un poco, pero solo quería vengarme, con mi nueva forma, perfeccioné el software y hardware del robot, pero ¡No soy un robot! pero, asegurándome de que pudiera pasar por un humano sin despertar sospechas, me incorpore a la fila de nuevas contrataciones de la fábrica.

La Venganza y la Justicia Porque ¡No Soy un Robot!

Con mi nueva apariencia, regresé a la fábrica. Nadie notó la diferencia, ni que yo era un robot. Don Genaro, creyendo que había eliminado la única prueba de su crimen, tampoco sospechó nada. Así que trabajé arduamente, como siempre lo había hecho. Pero esta vez, tenía un objetivo claro.

Uní a mis compañeros en contra de la injusticia de Don Genaro. Juntos, recopilamos pruebas de sus malas prácticas y corrupción.

Finalmente, en una reunión decisiva, todos confrontamos a Don Genaro con toda la evidencia. Su rostro pálido y tembloroso era la imagen misma de la culpa. Cerró la fábrica y otros negocios Intentando huir, pero la justicia finalmente lo alcanzó. Fue arrestado y la fábrica pasó a ser administrada por una cooperativa de trabajadores. Y yo ¡No Soy un Robot!

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Fuera de los Robot en Fábricas Recuerdo ¡El Sindicato de los Fantasmas de Querétaro!

En una antigua fábrica en Querétaro, los trabajadores solían contar historias de fantasmas. Decían que en las noches, se oían ruidos extraños y susurros en los pasillos. Nadie sabía exactamente qué ocurría, pero todos sospechaban que algo sobrenatural habitaba allí.

Pedro, un joven obrero con un agudo sentido del humor, «fue elegido» para investigar. Armado solo con una linterna y su teléfono, les dijo a sus compañeros que necesitaba un arma o algo para defenderse, les dijo, «yo no soy un robot.» Pero aun así, se aventuró en la fábrica después del turno nocturno. Mientras caminaba por los oscuros corredores, escuchó un débil lamento.

¡Qué cansado estoy! susurraba una voz espectral. Pedro, asustado pero curioso, siguió el sonido hasta una sala abandonada. Allí encontró a un anciano vestido con overol de obrero, sentado en una silla con ruedas.

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